Cuando se realiza deporte es fundamental estar siempre en las mejores condiciones, por ello cuando aparecen los primeros síntomas de la fatiga podemos intuir que algo no va bien, que no lo estamos haciendo correctamente.
Algo fundamental en el mundo del deporte es mantener un correcto equilibrio entre “Entrenamiento-Recuperación” para cuidar de nuestra salud y no entorpecer el rendimiento físico, especialmente en el caso de deportistas profesionales.
La fatiga deportiva es esa sensación de cansancio y agotamiento que se siente a la hora de hacer ejercicio, y que no nos deja o dificulta seguir adelante.
Síntomas de la fatiga deportiva
La fatiga se puede manifestar de diferentes maneras y estados por lo que es necesario conocer sus síntomas y combatirlos, para así evitar que afecte al rendimiento deportivo y se convierta, además, en un factor perjudicial para la salud.
Los síntomas de fatiga más comunes son:
- Perdida de precisión y coordinación en los movimientos corporales.
- Pesadez y molestia muscular en forma de agujetas.
- Cansancio mental que provoca que desaparezcan las ganas de practicar deporte.
- El agotamiento durante el ejercicio perceptible mediante alteraciones cardíacas y respiratorias.
- El cansancio físico que afecta al rendimiento deportivo.
- Falta de atención y concentración.
- Trastornos en el sueño a cauda de la fatiga que dificulta dormir correctamente.
Pero, ¿qué provoca la fatiga?
Causas de la fatiga deportiva
Principalmente, los dos factores que más contribuyen al desarrollo de fatiga durante el ejercicio físico son:
- La falta de energía, debido a la disminución de los hidratos de carbono almacenados en forma de glucógeno en el organismo.
- La deshidratación por la pérdida de agua y electrolitos a través del sudor.
La combinación de ambos afecta al rendimiento deportivo en cuanto que los músculos no obtienen la energía y el agua suficiente para poder desarrollar su función.
Cómo prevenir y combatir la fatiga deportiva
Para prevenir la fatiga, y luchar contra ella, es importante cuidar determinados aspectos en nuestro día a día:
- Dieta adecuada en cuanto a cantidad/calidad. Es importante saber qué comer y cuándo antes, durante y después del entrenamiento; teniendo en cuenta que para un deportista se aconseja una alimentación rica en hidratos de carbono, proteínas, grasas saturadas, vitaminas y minerales.
- Mantenerse bien hidratado, durante todo el día. Beber, mínimo, 2 litro de agua diarios. Hay que prestar especial atención a la hidratación durante el entrenamiento ya que ésta es fundamental.
- Realizar un calentamiento y estiramientos antes de la práctica deportiva para preparar al cuerpo para el esfuerzo físico al que lo vamos a someter.
- Vuelta a la calma, es decir, tras acabar el ejercicio es importante realizar una fase de relajación: andar de forma suave 5 minutos, estirar,…a fin de que las pulsaciones se estabilicen de nuevo.
- Descanso. Aunque pueda parecer contradictorio, los músculos se desarrollan y reponen mediante el descanso, por lo que es fundamental para eliminar la fatiga y que no afecte al rendimiento.
Existen periodos en que la exigencia deportiva es mayor y se necesita un suplemento nutricional extra que ayude a recuperar el organismo, aportarle los nutrientes que necesita y, cómo no, darle una dosis de energía extra para afrontar el esfuerzo físico.