Los entrenamientos de 20 minutos son los eternos infravalorados en el mundo del fitness. Muchos gym bros te dirán que no sirven de nada, que ir al gimnasio no merece la pena a no ser que pasemos, al menos, una hora allí, y que es imposible obtener resultados así. Pero nada más lejos de la realidad, porque los entrenamientos breves pueden ser muy efectivos y, sobre todo, pueden ser la clave para ponernos en forma si aún no le hemos cogido el gusto al deporte.
Hay semanas en las que la vida se nos hace cuesta arriba, y el compaginar el trabajo, con la vida social y familiar, y el fitness nos parece prácticamente imposible. En esos momentos, tendemos a dejar de lado nuestra salud y sacrificamos nuestros entrenos, pensando que si no llevamos a cabo una sesión larga, no merece la pena calzarse las zapatillas y hacer deporte.
Lo que no tendemos a tener en cuenta es que cualquier movimiento, por breve que sea, es mejor que ninguno y que, a veces, un entrenamiento de 20 minutos puede llegar a ser incluso más efectivo que pasar horas y horas en el gimnasio.
La clave está en tener una estrategia planificada para esos días en los que no tenemos tiempo o no nos apetece practicar un entrenamiento largo. Podemos organizarlo de forma en que desafiemos a nuestro cuerpo, sudemos y, sobre todo, nos sintamos mejor por dentro y por fuera.
Muchas organizaciones relacionadas con la salud recomiendan practicar, al menos, 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada a la semana. Y, si dividimos esto entre los días de la semana, ¿qué obtenemos? 21 minutos y medio diarios. Por lo tanto, los entrenamientos de 20 minutos serán suficientes para obtener beneficios para nuestra salud, siempre y cuando sean de intensidad media o alta.
¿Cuáles son sus beneficios?
Según diversos estudios, los entrenamientos cortos pueden tener una gran variedad de beneficios, que tienen que ver con nuestro estado mental y emocional, nuestra esperanza de vida y el ayudarnos a perder peso o a ganar grasa (según el objetivo que tengamos).
Nos ayudan a resetear mentalmente
Normalmente, los entrenamientos de 20 minutos se nos hacen tan cortos que los practicamos prácticamente sin pensar. Esto hace que durante ese tiempo desocupemos nuestra mente y hagamos una pausa en mitad de un día estresante o cargado de trabajo. Podemos elegir la disciplina que mejor nos siente: desde yoga a ciclismo, pasando por el running, una caminata intensa o una breve sesión de gimnasio.
Pueden alargar nuestra vida
En algunos estudios se ha llegado a demostrar que practicar sesiones de HIIT dos veces a la semana puede ayudarnos a alargar nuestra vida y, en general, a tener mejor salud y calidad de vida. Además, al ser entrenos cortos, resultan más fáciles de hacer para adultos más mayores a los que les cueste comprometerse con sesiones largas de entrenamiento. Conseguiremos mejorar nuestra movilidad, flexibilidad y otras habilidades muy importantes a la hora de envejecer.
Tomar 20 minutos de nuestro día para hacer algún tipo de ejercicio puede convertirse en ese hábito que cambie nuestra vida a mejor y que, sobre todo, nos ayude a alargarla.
Nos ayuda a perder peso
Muchas veces, aunque parezca mentira, los entrenamientos cortos pueden ser más efectivos que lo largos a la hora de quemar calorías, especialmente cuando hablamos de entrenamientos de HIIT. Esto se debe a que al combinar ejercicios de alta intensidad con descansos muy cortos, estaremos trabajando tan duro como podamos, quemando así más energía. Podemos practicarlo haciendo sprints, spinning, o algún circuito desde casa.
¿Cómo podemos hacer que estos entrenamientos sean efectivos?
Cuando hablamos de fitness, siempre importa más la calidad que la cantidad. Es mejor dar nuestro 100% durante 20 minutos que dar un 30% durante una hora.
Cuando tenemos poco tiempo, es importante optar por entrenamientos que aceleren nuestro ritmo cardíaco, como el HIIT, que desafiará nuestro cuerpo en apenas unos minutos. Aún así, también es importante incluir ejercicios de fuerza que nos ayuden a construir y preservar músculo. En este caso, lo mejor será optar por ejercicios compuestos que trabajen todo nuestro cuerpo.
De la misma forma, para no vernos estancados y poder seguir obteniendo los resultados que buscamos, tenemos que ser constantes con nuestra rutina e ir introduciendo nuevos desafíos, ya sea practicando nuevos ejercicios, añadiendo más peso a los que ya hemos dominado o intentando hacer más repeticiones en el mismo tiempo.
Lo más importante es mantener con nosotros mismos el compromiso de movernos cada día, para poder ir mejorando en lo que hagamos y sentirnos mejor, tanto por dentro como por fuera.